Origen y surgimiento del turismo en Cuba en el sig=
lo
XIX
Origin and emergence of tourism in Cuba in the 19th
century
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Héctor Salvador A=
yala
Castro |
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https://orcid.org/0000-0003-3810-8781 |
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Profesor Titular y
Consultante, Facultad de Turismo, Universidad de La Habana |
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Artículo de Investigación Científica y Tecnológica Enviado:12/07/2025 Revisado:08/08/2025 Aceptado:10/09/2025 Publicado: 05/10/2025 |
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Cítese: |
Ayala Castro, H. S. (2025). Origen y surgimien=
to
del turismo en Cuba en el siglo XIX. Ciencia & Turismo, 4(4), 6-30. <=
/span>https://doi.org/10.33262/ct.v4i4.73 |
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CIENCIA & TURISMO, es una revista multidisciplinaria, La revista es editada por la
Editorial Ciencia Digital (Editorial de prestigio registrada en la Cámara
Ecuatoriana de Libro con No de Afiliación 663) www.celibro.org.ec |
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Esta revista está protegida bajo una licencia Creative Commons AttributionNonCommerci=
alNoDerivatives
4.0 International. Copia de la licencia: ht=
tp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ |
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Palabras claves: Visitantes, turistas, atractivos, navieras |
<=
/span>
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Resumen Existe evidencia histórica de visitas de
norteamericanos a Cuba desde 1836 con motivos de pasar el suave invierno =
en
la Isla, como muestra de embrión original de turismo en Cuba Colonial. De=
sde
1867 a partir de barcos a vapor, la naviera Ward Line comienza a transpor=
tar
regularmente a Cuba miles de norteamericanos con motivaciones de salud,
placer y negocios, marcando esta etapa claramente el surgimiento temprano=
del
turismo en Cuba. Consecuentemente se amplían y mejoran las condiciones pa=
ra
atender a los visitantes extranjeros, entre otros con la creación de hote=
les
a partir de 1860 en La Habana, con lo que se consolida el desenvolvimiento
del turismo. El objetivo del trabajo es identificar el origen y surgimien=
to
del turismo en Cuba en el siglo XIX, poniendo de manifiesto las
características principales de su evolución. La metodología seguida se
corresponde con una investigación histórica descriptiva sobre el turismo =
en
Cuba. Como resultado se expone que desde la sexta década del siglo XIX se=
observan
manifestaciones de turismo en Cuba. Se
concluye que el turismo surgió en Cuba en un momento similar al de otros
países del continente americano y en el mismo siglo en que surgió en Euro=
pa. Área
de estudio general: Historia, Área de estudio específica: Historia del Tur=
ismo,
Tipo de estudio: Artículo or=
iginal |
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Keywords: |
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span
lang=3DEN-US style=3D'font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Time=
s New Roman",serif;
mso-fareast-font-family:Calibri'>Abstract There is historical evidence of North
American visits to Cuba since 1836, intending to spend the mild winter th=
ere,
demonstrating the initial embryonic form of tourism in Colonial Cuba.
Beginning in 1867, the Ward Line steamship began regularly transporting
thousands of North Americans to Cuba for health, leisure, and business
purposes, clearly marking this period as the early emergence of tourism in
Cuba. Consequently, conditions for serving foreign visitors expanded and
improved, including the creation of hotels in Havana beginning in 1860, t=
hus
consolidating the development of tourism. The objective of this work is to
identify the origin and emergence of tourism in Cuba in the 19th century,
highlighting the main characteristics of its evolution. The methodology
followed corresponds to a descriptive historical investigation of tourism=
in
Cuba. The result is that tourism has been observed in Cuba since the sixth
decade of the 19th century. It is concluded that tourism emerged in Cuba =
at a
similar time to other countries in the Americas and in the same century a=
s it
emerged in Europe. General Area =
of
Study: Histor=
y, Specific Area of St=
udy: History of Tourism, Type of Study: Original Article |
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1. Introducción
La evidencia histórica de visitas de
norteamericanos a Cuba desde 1836 con motivos de pasar el suave invierno en=
la
Isla, muestra el embrión original de un turismo tempranero en la Cuba Colon=
ial.
Desde 1867 a partir de barcos a vapor, naviera Ward Line comienza a transportar regularmente a Cuba una
cantidad considerable de norteamericanos con motivaciones de salud, placer y
negocios, marcando el surgimiento del turismo en Cuba. Consecuentemente se =
amplían
y mejoran las condiciones para atender a los visitantes extranjeros, entre
otros con la creación de importantes hoteles a partir de 1860, con lo que se
consolida el desenvolvimiento del turismo.
El objetivo del trabajo es identificar el origen embrionario y
surgimiento del turismo en Cuba en el siglo XIX, poniendo de manifiesto las
características principales de su evolución.
El estudio se corresponde con una investigación de carácter histórico=
descriptivo,
que forma parte de una exploración más amplia sobre la historia del turismo=
en
Cuba. Se realizó a partir de una búsqueda bibliográfica, con el fin de logr=
ar
una caracterización precisa del objeto de estudio. Se consideró la informac=
ión
sobre visitantes, turistas, viajes y actividades turísticas, hoteles,
atractivos existentes y transporte marítimo en la etapa objeto de estudio. =
Según la fuente de datos utilizada en la investigación se clasifica c=
omo documental.
Además, según el enfoque es una investigación de carácter cualitativo. Se u=
tilizó
el método sintético partiéndose del conocimiento actual del fenómeno turíst=
ico
y los elementos que lo conforman para lograr el esclarecimiento del surgimi=
ento
en Cuba durante un período de tiempo determinado.
2. Resultados
Antecedentes: La primera mitad d=
el Siglo
XIX
En la primera mitad del Siglo XIX se evidenciaba q=
ue
la Isla de Cuba padecía por el dominio, explotación y saqueo que Espańa eje=
rcía
sobre ella y el carácter injusto de esa relación. En América, comenzaba a
desmoronarse el imperio colonial espańol y la esclavitud iba en camino de a=
bolirse.
Entre tanto, en la Isla ya se manifestaban ideas de identidad nacional cuba=
na y
patriotismo y aparecían muestras de independentismo, especialmente a partir=
de
la obra de Félix Varela (1788-1853), el poeta José María Heredia (1803-1839=
) y
los maestros José de la luz y Caballero (1800-1862) y José Antonio Saco
(1797-1879). Ello abonaba el camino para que en unas décadas más tarde se
emprendieran las guerras de independencia.
Sin embargo, la colonia espańola de Cuba comenzaba a mostrar un verti=
ginoso
ascenso de su importancia económica, principalmente calzada por el desarrol=
lo
alcanzado en la producción azucarera junto a otros productos. Espańa no era
capaz de asimilar toda su producción y a partir de la relativa liberalizaci=
ón
del comercio que se venía produciendo desde finales del siglo anterior y es=
pecialmente
después de 1818 cuando Espańa decretara la Libertad de Comercio, se present=
ó la
posibilidad de que la Isla de Cuba desarrollara relaciones comerciales con =
un
creciente número de países.
El Puerto de La Habana era el principal y más importante puerto de Las Américas en esta época. Pérez de la Riva (1981), pone de manifiesto como en 1809, de 1200 navíos entrados al Puerto de La Habana durante ese ańo, 800 no eran espańoles y más tarde, en 1827, reportes de buques entrados al puerto = de La Habana durante ese ańo, mostraban que la mayoría de buques pertenecían a= Estados Unidos e Inglaterra y la afluencia de numerosos buques de otras naciones. <= o:p>
El progreso y diversificación de la actividad comercial internacional=
de
Cuba y la creciente llegada de buques y naves de distintas nacionalidades y
especialmente de Estados Unidos al Puerto de La Habana, posibilitaba la
afluencia a Cuba de numerosos extranjeros de distintas nacionalidades, con
motivos y razones de viajes diversas, desde comerciales, de negocios, estud=
ios,
científicos, políticos, militares y otros. Miles de viajeros procedentes de
Europa y de Estados Unidos llegaron a Cuba durante estos estos ańos.
Visitas
de extranjeros a Cuba.
Uno de los =
más
importantes visitantes extranjeros que arribo a Cuba a principios del siglo=
, de
diciembre de 1800 a marzo de 1801, fue el filósofo, naturalista y geógrafo
alemán Alejandro de Humboldt. Un segundo viaje a Cuba se produjo en abril de
1804. Humboldt recorrió
En 1828 el reverendo norteamericano Abiet A=
bbot,
visita la Isla, en busca de un clima más benigno para su quebrantada salud,
recorre La Habana y las zonas rurales occidentales, dejando constancia de s=
us
observaciones en la publicación Cartas sobre Cuba, constituyéndose en el pr=
imer
norteamericano que escribe sobre la Isla de Cuba También en diciembre de 18=
33
llegan a La Habana, procedentes Salen, Massachusetts, las hermanas Sophia y Mary Peabody, que
permanecerán en la isla hasta abril de 1835. Estas hermanas se trasladan a =
una
hacienda, donde se desarrolla la novela Juanita A Romance of
Real Life in Cuba, que Mary Peabody
redactara y publicara pocos ańos después (Campusano, 2018).
El médico irlandés, Richard Robert Madden, en 1836 visitó la isla y tra=
tó
especialmente el tema de las condiciones de los esclavos, publicando un
glosario de términos criollos utilizados en Cuba.
Podrían mencionarse aquí también a la cubana María de las Mercedes Belt=
rán
Santa Cruz y Cárdenas Montalvo y OFarril, muy conocida por el pseudónimo d=
e Condesa
de Merlín (su esposo era Conde de Merlín), que fue una autora de éxito, en
lengua francesa, que escribió sobre los ańos de su nińez en Cuba, biografía=
s y
otros temas y en particular Viaje a La Habana, qué de forma epistolar, reco=
ge
36 cartas a personajes famosos, sobre el nuevo mundo y viaje a La Habana en
1840.
Con sus escritos, estos viajeros contribuyeron a divulgar un conocimien=
to
de la vida, la historia, la cultura y realidad económica y social de la Isl=
a de
Cuba.
La Habana creaba las condiciones bá=
sicas
para recibir y atender al elevado volumen de los viajeros extranjeros que
recibía.
La Isla ten=
ía y
creaba condiciones elementales para recibir y atender a los numerosos viaje=
ros
internacionales. En primer lugar, contaba con una comunicación marítima
privilegiada por el extraordinario tráfico que tenía el Puerto de La Habana=
. No
fue por casualidad que el Puerto de La Habana, en 1819 recibiera, el primer=
barco
a vapor existente en el área geográfica, sólo después de salir de EEUU dond=
e se
construyó dicho vapor. Desde ese mismo ańo la comunicación marítima interna
contaba con el novísimo barco de vapor espańol Neptuno que empezaría a realizar =
una travesía regular entre los pue=
rtos
de La Habana y Matanzas.
La existencia 18 consulados extranjeros
registrados en el directorio habanero en la segunda década del Siglo XIX, m=
uestra
la afluencia de visitantes de varias nacionales a Cuba (Rodríguez Domínguez, s/f). =
En 1820 la administración de la Isla se vio
obligada a actualizar la orientación a los numerosos visitantes extranjeros=
que
hacían estancias en la ciudad marítima de La Habana
sobre todo, editando una nueva Guía Constitucional de Forasteros. La necesi=
dad
de ofrecer atención, cobija y pernoctación a tantos foráneos propició el
aumento de la oferta de alojamiento. En el censo de 1829, aunque
todavía no existían hoteles, se alquilaban en La Habana a los visitantes 11=
57
cuartos interiores y casas de huéspedes (<=
span
style=3D'font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman",se=
rif;
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";mso-ansi-language:ES-MX'>Pérez de=
la
Riva, 1981, p. 7).
Las cartas de recomendación para alojar a los viajeros por familias
acaudaladas, utilizadas desde antańo, proliferaron en este periodo.<=
span
style=3D'font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman",se=
rif;
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";mso-ansi-language:ES-MX;mso-farea=
st-language:
X-NONE'> Crónicas y varias novelas=
de la
época relatan la estancia de extranjeros en haciendas, ranchos, ingenios y
cafetales de Cuba.
En estas primeras décadas del siglo, especialmente La Habana, estaba
muy bien comunicada a partir del transporte de tracción animal. De esta
transportación podían servirse también los visitantes extranjeros. Según Pé=
rez
de la Riva, en 1827, existían 467 quitrines y 2184 volantas y coches de pas=
eo. Existían
coches para trayectos más largos y para excursiones, pues se viajaba como
veraneo a Regla y Guanabacoa.
Las comunicaciones y el transporte fueron ampliándose notablemente a
partir de la introducción de los ferrocarriles en 1837 (primero en Hispanoa=
mérica),
en principio el ferrocarril se utilizaba para acercar al puerto de La Haban=
a la
producción cubana de exportación, especialmente el azúcar, pero como era
natural en aquellos tiempos incluía adicionalmente la transportación de
pasajeros.
Existió el ferrocarril de La Habana a Güines, con 45 millas de
extensión, el primer tramo a Bejucal desde 1837 y el segundo, hasta Güines,
desde 1838. Más adelante en 1841 se construían las líneas del ferrocarril d=
e La
Habana a Cárdenas y las de Regla a Guanabacoa. Y luego se extendieron por
variados lugares de la Isla. En abril de 1840, quedó inaugurada la primera
estación de ferrocarril en La Habana, la estación de Villanueva, comenzando=
un
proceso en donde los ferrocarriles empezaban a circular por los principales=
alrededores
de La Habana. (Historia del Ferrocarril en Cuba, https).
En la Isla existían otros atractivos que eran de interés y llamaban=
la
atención de los extranjeros. El 11 de septiembre de 1812 se había efectuado=
el
primer sorteo de la Real Lotería de la Fiel Isla de Cuba, quedando establec=
ido
oficialmente este juego de azar como Lotería Nacional de Cuba desde 1813,
actividad que ofrecía importantes dividendos a la administración espańola d=
e la
Isla.
En las primeras 3 décadas del siglo XIX, existían varias casas de j=
uego
elegantes en La Habana, con salones y mobiliario espléndido donde cualquier
persona blanca podía entrar y encontrar música para bailar y mesas para jug=
ar
al monte. El gobernador Miguel
Tacón en 1832 informaba a Madrid que más de 12 000 personas se mantenían en=
La
Habana vinculadas a casas públicas de juego, cuando la capital contaba apen=
as
con 100 mil habitantes. Llega en esos ańos la primera ruleta, según el
historiador Ciro Bianchi, al parecer en el café El León de Oro, en la Plaza=
de
San Francisco. (Bianchi, La primera Ruleta, https).
Otro tema relacionado con los juegos de azar, las Vallas de Gallos, =
existían
desde el siglo anterior y constituían un acontecimiento habitual y un medio=
de
recreación, esparcimiento y diversión favorito para nativos y extranjeros. =
En 1826
llegan a Cuba auténticos gallos de peleas, lo que otorgó más lucidez a estos
espectáculos.
A partir de 1817 con la
supresión estanco del tabaco, proliferaron pequeńas fábricas y chinchales e=
n La
Habana, donde se elaboraba el apreciado estimulante. En distintas calles de=
la
Ciudad, existían pequeńas fábricas y expendios del Habano, invitando a degu=
star
libremente a transeúntes nacionales y extranjeros el mejor y más preciado
tabaco del mundo.
En La Habana, existían
espectáculos culturales de importancia en esta época. El Semanario La Moda, recoge un reportaje de 1830 sobre una función =
de
la Sociedad Filarmónica de La Habana, donde asistían personajes notables
cubanos y extranjeros de visita en la Isla... (Villalba, 1993, p. 6). <=
/span>
En las primeras décadas del siglo, La Habana contaba con varios sal=
ones
de baile que eran centros importantes de la vida social y cultural. Otras S=
ociedades
como Sociedad de Beneficencia, celebraban bailes y eventos de carácter soci=
al. El
teatro era una de las principales diversiones en estos ańos, disfrutado por
nativos y extranjeros. Existía desde el siglo anterior el Teatro Coliseo y =
se
realizaban importantes presentaciones teatrales en distintos escenarios. Cu=
ando
se fundó el majestuoso Teatro Tacón en 1838, comenzaron a presentarse las m=
ás
famosas obras de teatro de todos los tiempos. En 1847 se inauguró un nuevo teatro el T=
eatro
Villanueva, en Colón y Zulueta.
Las distintas celebraciones como el Día de Reyes y Los Carnavales, =
así
como las Procesiones y otras manifestaciones religiosas, eran acompańadas p=
or
nacidos en la Isla y por los extranjeros que estaban de paso.
En estos ańos nacen en forma muy embrionaria los primeros bańos del=
mar,
que comienzan a presentarse por primera vez en La Habana en la línea costera
entre el Castillo de la Punta y la caleta de San Lázaro.
Antesala del turismo=
: primeras
evidencias históricas de visitas de norteamericanos a Cuba con motivos de p=
asar
el suave invierno en la Isla.
En significativo, qué en 1836, el
Capitán General de la Isla, don Miguel Tacón y Rosique enviara una carta a =
la
Secretaria de Gobernación en Madrid, donde seńalara:
Los estrangeros viene=
n de
todos los Estados Unidos
en número escesivo, a=
pasar
en esta Ciudad la temporada de los fríos, sin que ahora los arrendre
el puńal asesino en un pueblo donde antes era tan frecuente aquella arma. Se
establecen nuevas Casas de Comercio, se proyectan numerosas fondas y Casas =
de
posada, de que antes se carecía... ortografía original (Echarri, inédito)=
.
La historia reconoce que Tacón implementó reformas que beneficiaron la ciudad en
relación con la seguridad pública, alumbrado, sistema de alcantarillado y s=
aneamiento
de áreas para lograr una mejor higiene. Quizás por ello reconoce que ya no =
era
tan frecuente el puńal asesino de los maleantes y que se proyectaran fondas=
y
posadas para atender a los visitantes extranjeros.
La Habana entonces comenzaba a recibir el influjo =
de viajeros
norteamericanos para estancias con fines de salud sobre todo durante el sua=
ve y
agradable invierno de la Isla.
La vía por la que llegaban a Cuba era a través de =
veleros,
goletas y otras naves y buques que realizaban un importante comercio interm=
itente
con Cuba y Las Antillas, en cuyas embarcaciones se incorporaban pasajeros h=
abidos
de visitar, conocer y explorar otras tierras en busca de aventura, conocimi=
ento
y oportunidades o de disfrutar de un más suave invierno.
La frecuente visita de extranjeros, sobre todo para
disfrutar del agradable clima insular, generó una mayor demanda de casas de
huéspedes.
Al principio, el alojamiento en los cuartos de alquiler, pensiones, pos=
adas,
fondas y casas de huéspedes era muy precario y no tenía toda la calidad ni =
el
servicio apropiado. En algún momento se podrían encontrar alojamientos con =
el
pseudónimo o supuesto nombre de Hotel, debido a la influencia de la moda =
de
su utilización en Europa, pero qué en estos ańos, se distanciaban mucho de =
lo
que era un hotel propiamente dicho.
En la cuarta década del Siglo XIX
comienza el tráfico
marítimo regular entre Estados Unidos y Cuba a partir de la naviera Ward Li=
ne.
En 1840 la Ward Line inició el tráfico marítimo e=
ntre
la costa este de Estados Unidos y las principales islas de las Antillas (V=
illalba,1993,
p. 7). Nueva York y La Habana, eran los principales puntos de esta travesía
marítima, aunque se incorporaron otros puertos después, como Santiago de Cu=
ba y
Cienfuegos.
Figura 1
Promoción de la Ward Line<= o:p>
Al inicio esta línea contaba sólo con veleros que
transportaban fundamentalmente mercancías, pero como era natural en esta ép=
oca,
incluían correspondencia y pasajeros en su travesía. Estos primeros barcos llegaban a La Haba=
na en
términos generales una vez mes al mes y tenían capacidad limitada para tran=
sportar
unos pocos pasajeros. No contaban aun con las atenciones especiales que
pudieran requerir los pasajeros y el trayecto del viaje oscilada alrededor =
de
una semana y media o más. Estos barcos suministraban a Cuba harina, textile=
s,
algodón, carbón, madera, bacalao y maquinarias, más un cargamento de ideas =
y de
propaganda yanqui explícita y llevaban hacia Estados Unidos azúcar, tabaco,=
ron,
café y frutas.
En 1846 fue botado al agua el primer buque constru=
ido especialmente
para el comercio con Cuba, el James Edward (nombre del hijo del propietar=
io
de la Ward Line). Este barco era un bergantín mayor, de 100 toneladas, movi=
do aún
solo por velas. (Hyatt <=
span
style=3D'mso-bookmark:_Hlk183512155'>Verrill, A, Historia de la Ward Line. https).<=
/a>
La Isla de =
Cuba
en la segunda mitad del Siglo XIX
En la segunda mitad del Sig=
lo
XIX en La Isla de Cuba se evidenciaba el padecimiento por el dominio y expoliación que Espańa ejercía sobre
ella y las contradicciones que generaba esta situación. Pero en estos ańos =
Cuba
se
encontraba de lleno entrando en un proceso de modernización, en tránsito a =
una
economía capitalista, aunque apresada en un marco férreo de relaciones
coloniales. El rol económico preponderante lo tenía la producción y exporta=
ción
de azúcar, y ya comenzaban a modernizarse algunas instalaciones
fabriles, avanzaba el ferrocarril en todo el país y se introducía el uso de=
l telégrafo
y el teléfono, el alumbrado público y la electricidad, lo que calificaban a=
la
Isla de Cuba con un moderno nivel económico social elevado.
De acuerdo con la profesora
Carmen Barcia, 2001, una vez abolida la esclavitud (quebrantada desde la gu=
erra
del 1868 y abolida oficialmente en 1886), las principales industrias del p=
aís
tendieron a desarrollarse aceleradamente; tanto en el azúcar, como en el ta=
baco
se produjeron procesos que concentraron el capital y centralizaron, de mane=
ras
diversas, la producción. La demanda de mano de obra libre aumentó, atrayen=
do
una inmigración sobre todo de ciudadanos chinos y espańoles.
El conjunto de las
transformaciones que se producían se relacionaba con el paso de una economía
feudo-esclavista colonial a una economía incipientemente capitalista, con
inclusión de inversiones extranjeras norteamericanas de carácter imperialis=
ta a
partir de 1880, aunque ubicadas dentro de una estructura colonial.
Lo significativo de este pe=
riodo
es que esta transición económico-social se desarrollaba precisamente en med=
io
de un fuerte proceso de lucha por la independencia, que se reflejan más
concretamente a partir del inicio del movimiento independentista cubano el =
10
de octubre de 1868, al levantarse en armas el bayamés Carlos Manuel de
Céspedes, proclamando la independencia y la libertad de sus esclavos. Aunque
las acciones militares insurrectas no pudieron sostenerse más allá de 1878,=
la
Protesta de Baraguá, escenificada por Antonio M=
aceo,
sentó la evidencia de la voluntad de continuar la lucha por la independenci=
a.
Lucha que continuó con La Guerra Chiquita de 1879 y con la labor de José Ma=
rtí
en su esclarecimiento sobre la imperiosa necesidad de la independencia, la
creación del Partido Revolucionario Cubano para hacer la Guerra Necesaria y=
con
la Guerra a partir del 24 de febrero de 1895, que se mantuvo viva en Orient=
e y Camagüey,
se extendió a Las Villas y envió campańas de Gómez en La Habana y de Maceo =
en
Pinar del Río.
La guerra se debilita, cuando con el pretexto de la
explosión del navío Maine el 15 de febrero 1998, Estados Unidos interviene =
en
la contienda con Espańa, desembarca en la zona oriental con la colaboración=
de
las fuerzas mambisas y rinden a las fuerzas espańolas. Los
jefes militares cubanos, encabezados por Calixto García son excluidos del a=
cto
de rendición y se prohíbe la entrada de sus fuerzas en la ciudad. Meses
después, según exponía el Tratado de París, Espańa entregaría Cuba a los
Estados Unidos sin que se tuviesen en cuenta para nada las instituciones
representativas del pueblo cubano. (Panorama
Histórico de la época Siglo XIX. -1868-1900-, https). Con la firma de tratado de Paris el 11 =
de
diciembre de 1898, termina la guerra hispano-cubana-norteamericana como la
denomina Felipe Martínez Arango (La Habana, 1958) y comienza un periodo de
ocupación militar estadounidense de la Isla de Cuba que se extiende hasta m=
ayo
de 1902, orientado a la creación de condiciones para la penetración económi=
ca y
el dominio neocolonial de Estados Unidos sobre Cuba.
En 1866 - ańo en que James Edward Ward queda al frente de la naviera- =
se apertura el primer buque a vapor de la Ward par=
a el
comercio con Cuba, el Clyde y dado su éxito, al siguiente ańo 1867 se bot=
a al
agua el moderno Liberty, barco de madera, qué en vez de propulsarse con
ruedas laterales movidas por el vapor, se propulsaba ya con hélices. Este b=
arco
redujo la duración de los viajes a 5 días, podía albergar de 200 a 300
pasajeros y contaba con camarotes de 1ra. 2da. y 3ra. clase, tocando el pue=
rto
de La Habana cada 2 semanas.
Figura 2
1867 Liberty, primer barco=
a vapor
propulsado por hélices
El flujo mayor de actividad se concentraba en Cuba= y la Ward observaba que la Isla de Cuba presentaba la mayor oportunidad para = el comercio y las relaciones con Estados Unidos, constituyéndose en un importa= nte centro de atracción también para visitantes motivados por el placer, el descanso y otros motivos, que ya se empezaban a identificar como turistas.<= o:p>
Por esta vía empezaban a llegar norteamericanos a =
Cuba
por miles cada ańo,
garantizando un flujo regular considerable y estab=
le de
visitantes norteamericanos a la Isla de Cuba y que podría tomarse como el
momento clave de la verdadera génesis, comienzo o surgimiento del turismo en
Cuba.
Terminada la Guerra de Secesión en EEUU, la flota =
de
la Ward continuó ampliándose y los puertos de escala también. Se incorporar=
on
al servicio regular los Puertos de Cienfuegos y Santiago de Cuba. Existían
otras líneas de vapores también desde Nueva York, Baltimore, Charleston,
Filadelfia, Nueva Orleans y Nassau en
las Bahamas, que empezaban a transportar visitantes estadounidenses a =
Cuba
con distintos propósitos. Pero la Ward seguiría siendo la naviera principal=
.
La Ward Line se había convertido en un factor deci=
sivo
en el comercio y el turismo entre Estados Unidos y Cuba, se extendía
paulatinamente a otras regiones y sus modernos barcos de vapor comenzaban a=
reconocerse
entre los más famosos del mundo. Tan estrechamente identificada
con Cuba estaba la Línea Ward que, para la gran mayoría de las
personas, Cuba y la Línea Ward era casi sinónimo =
(A.
Hyatt Verrill, Una historia de la Línea Ward,
A pesar de la inestabilidad que se generó durante La
Guerra de los 10 ańos en Cuba (1868-1878), el funcionamiento de la Ward Lin=
e no
se afectó sustancialmente, conservando en lo fundamental el flujo regular de
sus operaciones.
En este periodo, las distin=
tas empresas
de transporte marítimo hacían propaganda en Estados Unidos anunciando,
promocionando y motivando la realización de viajes turísticos a Cuba y vari=
as revistas
norteamericanas hacían reportes sobre agradables viajes a Cuba.
Los viajeros de estas navie=
ras,
visitaban a Cuba con el objetiv=
o de
guarecerse del invierno en Cuba, por recomendación médica, por el propio pl=
acer
de la travesía, para descansar y recrearse, visitar a amigos y familiares o=
en
busca de oportunidades de negocios.
Ya para estos ańos, es conocido que notables hombr=
es
de negocios neoyorquinos realizaban viajes de 10 días a La Habana por
recomendaciones médicas. Crónicas de la época seńalan que estos regresaban
completamente renovados por el efecto del aire marino del Golfo de México y=
las
gratas impresiones que recibían en La Habana con el simple cambio de
costumbres, escenas e idiomas. (Villalba,
1993, p. 8).
Samuel Hazard,
norteamericano que viajó a Cuba en la década del 60 y recorrió todo el país=
, afirmaba
que conoció a hombres de negocio norteamericanos que no hubieran viajado a =
Cuba
si no lo habría recomendado el médico y al hacerlo volvieron totalmente ren=
ovados (Hazard, 1871).
Según la investigadora cubana Rodríguez Mercedes (=
multimedia
s/f) durante estos ańos los habaneros gustaban de viajar también a otros
países. Cuando las facilidades de transportación marítima lo permitieron, l=
os
cubanos también realizaron viajes especialmente a los Estados Unidos. El flujo regular de viajes entre Estados
Unidos y Cuba, daba la oportunidad a que cubanos de clases pudientes pudier=
an
realizar viajes turísticos o con otras motivaciones a Estados Unidos.
Naturalmente, la vía para
visitar Cuba motivada por estas relaciones de negocios era la vía marítima
(única existente durante el Siglo XIX), que viabilizaba y estimulada que los
norteamericanos también viajaran a Cuba por negocios y otros asuntos. La
existencia de intereses económicos norteamericanos en la Isla de Cuba incit=
aba
a que ciudadanos norteamericanos visitaran Cuba motivados por estos objetiv=
os.
También a partir de la déca=
da
del 60 Cuba empezaba a estar comunicada por mar entre distintas poblaciones=
de
la costa norte y la costa sur, sobre todo alrededor de la mitad oriental de
Cuba. Como los caminos estaban en =
mal
estado y con frecuencia repletos de bandoleros, la preferencia era la
transportación marítima. Las
embarcaciones llevaban sistemáticamente carga, correspondencia y pasajeros.=
La naviera más importante q=
ue
surcó la costa sur de Cuba fue Vapores Menéndez, fundada en 1866. Sus embarcaciones habían inaugurado la =
ruta
de Cuba con Honduras, desde el Surgidero de Batabanó. En La Habana, se podían comprar pasaje=
s en
la agencia ubicada en calle de Amargura, número 16. Viajes desde Batabanó a
Cienfuegos o a Trinidad y otros trayectos se ofertaban. Las distintas
embarcaciones hacían escala en los puertos de Cienfuegos, Trinidad, Tunas de
Zaza, Júcaro, Santa Cruz y Manzanillo. (Vapores cayer=
os,
2023 )
Figura 3
Barco de Vapores Menéndez
Samuel Hazard, 1871, cuenta=
que
se transportó con los Vapores Menéndez y dejó asentado en su libro Cuba a P=
luma
y Lápiz, el capítulo XXX, Por la costa sur hasta Trinidad, lo siguiente:
Si el viajero que va a Cuba
desea ver sus más hermosas regiones y a la vez sus pueblecitos más bellos y
quietos, no debe dejar de hacer esta excursión a lo largo de la costa sur de
Batabanó a Santiago de Cuba, deteniéndose en Trinidad, y si lo desea, toman=
do
en Santiago de Cuba el buque que lo devuelva a los Estados Unidos. Y si qui=
ere
visitar antes las Antillas inglesas, puede hacerlo en los vapores franceses=
que
a ellos se dirigen desde dicho lugar. <=
/span>
Condiciones y atractivos para
turistas que podía ofrecer la Isla de Cuba en este periodo.
Los adelantos que empezaban
considerar a la Ciudad de La Habana como una ciudad moderna comienzan en 18=
54,
con el establecimiento del servicio telegráfico entre La Habana y la ciudad=
de
Matanzas, servicio que poco a poco fue extendiéndose en la Isla. Más adelan=
te,
en 1877, se realiza la primera comunicación telefónica local en Cuba asocia=
da
al cuartel general de bomberos de La Habana, con lo que se inicia este serv=
icio
en Cuba y paulatinamente se va ampliando hacia otras ciudades de Cuba.
En 1889 se funda la primera
compańía eléctrica en Cuba Compańía Eléctrica Espańola de La Habana
comenzando el proceso de electrificación del país. Se instala en La Habana =
la
primera fábrica para producir electricidad en Tallapie=
dra.
La transportación terrestre
continuaba siendo movida por animales, como los coches de caballos, volanta=
s,
etc. Pero tan pronto como en 1852, aparecieron los primeros tranvías en la
Habana movidos por caballos, que funcionaron hasta fines de siglo en que lo=
s tranvías
comenzaron a ser movidos por la electricidad, coincidiendo con la llegada de
los primeros autos en Cuba a fines del siglo.
Los ferrocarriles se fueron
extendiendo hacia toda la Isla, en La Habana, empezaron a enlazar a distint=
os
puntos cada vez más lejanos del centro de la Ciudad. Se construyeron tramos que conectaban
territorios importantes como Guanajay, Matanzas, Cienfuegos, Santa Clara y
finalmente Santiago de Cuba.
Los juegos de azar
Existía la Lotería, la Rule=
ta,
los juegos de naipes, especialmente la modalidad de Monte muy extendida en
garitos y otros lugares de ocio de La Habana.
La Charada China se introdujo con la emigración China y se convirtió=
en
un juego muy popular. A finales de siglo, se fusionó con la cultura y creencias de los esclavos africanos y las tradiciones de los nativos cu=
banos,
sustituyéndose por la Charada Cubana.
Estos juegos, junto a las
peleas de gallos, estaban regulados por la administración espańola que
controlaba su actividad y ocurrencia en las diversas poblaciones de la Cuba
debido a que proporcionaban importantes ingresos para la hacienda de la Isl=
a y
La Corona espańola.
Teatros
Entre tanto, nuevos teatros
abrieron sus puertas en La Habana en este periodo: Teatro Albisu, 1870, San
Rafael, entre Monserrate y Zulueta. En el mismo ańo se crea el Teatro Shang=
hái,
en el barrio chino, en Zanja número 205, entre Campanario y Manrique. Teatro
frívolo y picaresco, donde según cuentan vibró allí (quizá como en ningún =
otro
sitio de Cuba) el glamour, la euforia y la alegría, condimentados con el
atractivo extra que siempre se desprende de lo prohibido, de lo no apto. (=
Teatro
Shanghái, https).
Otros teatros lo siguieron,=
Teatro
Payret, 1877, en la Esquina de Paseo de Tacón y=
San
José, el Teatro Jané, 1881, Dragones, esquina Zulueta, el Teatro =
Irijoa
1884, San José, entre Monte y Zulueta y el más famoso de todos, el T=
eatro
Alhambra, 1890, en Virtudes y Neptuno.
Figura 4
Teatro Irijoa 1884 (Martí desde 1900)
Los bailes
Para estos ańos, según
cronistas de la época, todos los domingos del ańo había bailes de máscaras =
en
los salones de Escauriza, café situado enfrente del teatro Tacón, en la Ala=
meda
de Isabel II y algunas veces también en el café de la Bolsa. En Carnaval y Pascuas, solían ofrecerse =
además
bailes en los teatros de Tacón y Villanueva, a los que asistía una numerosa
concurrencia de todas clases sociales (Barras y Prado, 2017)
El apego cubano por el baile
era muy significativo. Según cronistas de la época, se efectuaban en las
ciudades de La Habana y Santiago de Cuba hasta cincuenta bailes públicos
diariamente y calificaban la afición al baile como una verdadera locura. Ba=
iles
en los que la Contradanza fue la reina y de la que se dice fue bailada desd=
e el
capitán general de la Isla hasta por el hombre de pueblo más humilde, tocad=
a en
los salones por las orquestas de pardos, en los pianos de las residencias, o
por los organillos que deambulaban por las calles, (Chao Carbonero, 2021).=
En varios escenarios se pod=
ía
disfrutar de la música interpretada por cubanos. Manuel Saumell
Robredo (1817-1880), padre de la contradanza que incluía todos los géneros
cubanos: habanera, criolla, clave, guajira. O a al compositor cubano Nicolás
Ruiz Espadero (1832-1890), que realizó 50 obras y piezas de música para pia=
no y
violín y dos obras de cámara.
Antiguos entretenimientos c=
omenzaron
a estar institucionalizados, organizados y se hicieron más populares. La Plaza de Toros de Regla desde 1850 co=
ntaba
con una arquitectura que reflejaba la influencia espańola y ofrecía
espectáculos de corridas de Toros y otros eventos relacionados con la
Tauromaquia y según fuentes contaban con abrumadora asistencia.
En 1853 queda fundada la Pl=
aza
de Toros de Belascoain, que se constituyó como la más importante de La Haba=
na y
que se mantuvo activa hasta que un terrible incendio la destruyó a fines de
siglo. Solo con las cambios sociales y culturales de fines del siglo XIX y =
por
la prohibición impuesta por las autoridades estadounidenses entre 1899 y 19=
02,
cesan de funcionar las Plazas de Toros en Cuba. ("Cuba Periodistas &qu=
ot;,
2019).
Las excursiones y paseos.
En la segunda parte del sig=
lo
XIX, las visitas y excursiones a los lugares de recreo se habían ampliado
fundamentalmente a Madruga, Güines, Marianao y Puentes Grandes, a los que se
viajaba con excursiones para nacionales y viajeros extranjeros. A los bańos de San Diego (Pinar del Rio=
) se
llegaba por una combinación de tren de La Habana a Batabanó, vapor a hasta
Pinar del Rio y de ahí en carruajes a Paso real de San Diego (Villalba, E. =
p.
16). Pronto se ofrecerían visitas=
a
Matanzas por tren, incluyendo la entrada a las cuevas de Bellamar
y la visita a Valle de Yumurí.
Otras excursiones se realiz=
aban
a Vuelta abajo y se visitaba la Isla de Pinos y sus manantiales minero
medicinales. Igualmente se ofrecían excursiones a Trinidad y Santiago de Cu=
ba. (Villalba,
p. 15).
Los bańos de mar
Los bańos de mar a mediados=
de
siglo, se ampliaron y trasladaron a las costas de la actual barriada del
Vedado. La calle E actual, se conocía como calle de Bańos. Desde 1864 se fu=
ndó
el balneario el Progreso, siguiéndole otros como Las Playas, El Encanto y El
Carneado.
De más está seńalar que el
disfrute de espectáculos y actividades lúdicas, no dejaban de estar acompań=
adas
del famoso Tabaco Habano y de los rones cubano y a partir de 1862 del famoso
Ron Bacardí, fabricado por los hermanos Bacardí en Santiago de Cuba.
El norteamericano Samuel
Hazard, el colombiano Tango Armero y el propio Pérez de la Riva, mencionan =
con
amplitud de detalles los múltiples atractivos, entretenimientos y diversion=
es
públicas que resultaban de interés en La Habana para los visitantes y turis=
tas.
La
alta demanda de alojamiento generó la necesidad de hoteles.
La alta demand=
a de
alojamiento generó la necesidad de contar con hoteles, que prestaran mejores
condiciones de hospedaje que los cuartos de alquiler, las posadas y casas de
huéspedes.
Este hot=
el
Perla de Cuba se encontraba en Amistad y Dragones y servía regularmente para
alojar a los militares que Espańa enviaba a prestar servicios en Cuba. Como=
era
de esperar, atendiendo a que sólo comenzaba el desarrollo hotelero en estos
ańos y al tipo de clientes que atendía (militares, extranjeros y residentes=
de
otras provincias), los niveles de calidad del alojamiento y la atención a l=
os
huéspedes no correspondían con los que podrían llamarse propiamente hoteles=
.
De este
primer hotel cubano lamentablemente no existen fotos. En estos ańos no se h=
abía
generalizado aún la tecnología de la fotografía. Si aparecen fotos del nuevo
Hotel Perla que sus dueńos le llamaban Moderno, edificado en 1923 en la par=
cela
colindante al del original Perla de Cuba del siglo anterior en recuerdo al
primer hotel antecesor.
Figura 5
Moderno Hotel Perla 1923, en recuerdo al hotel de 1835.
Existe un
hotel en 1841 llamado West's, situado en la cal=
le Obrapía número 119. Menciona la profesora Maite Echar=
ri,
referencias sobre este Hotel a partir de relatar la presencia allí, de la
famosa bailarina austriaca
Fanny Elssler en su primera visita a La Habana
para actuar ante el público cubano. Las opiniones de esta actriz, sobre el =
lugar
donde la alojaron era que no calificaba como hotel propiamente, por lo incó=
modo,
desagradable, sucio, mal atendido y ofensivo porque carecía de intimidad. (=
Echarri, inédito).
Entre los primeros hoteles en la parte =
más
antigua de la Ciudad se encontraban en 1841, el Hotel La Unión, en calle O´Reilly Número 110
entre San Ignacio y Cuba y el Hotel de la Noble Habana, situado en Calle Obispo
no.16. El Periódico Faro Industria=
l, en
1851 anunciaba la apertura de estos dos nuevos hoteles, pero no se han
encontrado suficientes referencias sobre estos hoteles en su estadio origin=
al y
tampoco imágenes. Existen fotos de la reconstrucción del Hotel Unión de 191=
1,
pero no se han encontrado imágenes Hotel a Unión original.
En la sexta década del siglo XIX
comienzan a constituirse varios modernos hoteles en Cuba para satisfacer a =
los
turistas.
Hotel Telég=
rafo
Aunque exis=
ten
referencias de la construcción del Hotel Telégrafo en fechas más tempranas,
parece más exacta la precisión de Cuevas y Rey (2015), de que El Hotel
Telégrafo fue construido en=
1860
en la calle Amistad entre la Calzada de la Reina y Dragones, en lo que se
denominaba la parte nueva de la Ciudad o extramuros[1=
]
y que se constituye entre los prim=
eros
hoteles propiamente dicho de La Habana. La literatura recoge que este hotel=
fue
construido con el objetivo de ser un hotel. Alrededor de 1888 el Hotel se traslada a=
su
definitiva ubicación en la populosa esquina de Prado y Neptuno, donde
actualmente se encuentra. Su ubicación próxima al Paseo del Prado, al Teatro
Tacón y a importantes cafés, le otorgaban una connotación singular.
Figura 6
Foto actual del Hotel Telégrafo
En el Telég=
rafo
se hablaban varios idiomas, se podía comer a la carta y la propaganda del m=
ismo
destacaba la ventaja que poseer flamantes bańos. Este hotel fue considerado=
en
su época como el hotel más moderno y de mejor servicio de La Habana de
extramuros
Hotel Santa
Isabel
En la parte= vieja de la ciudad, dentro de las Murallas, siete ańos después, 1867, culmina la transformación del Palacio del Conde de Santovenia en el nuevo Hotel Santa Isabel, instalación de primera clase al estilo norteamericano. Su fundador,= el Coronel Lay era de origen norteamericano. Este hotel, ubicado frente a la P= laza de Armas y contiguo a El Templete donde se celebró la primera misa y el cabildo con motivo de la fundación de la Ciudad en 1519-, y a unos pasos del gran Puerto de La Habana, ofreció por primera vez un servicio de mujeres camareras. En el hotel se hablaba fluidamente el inglés. Podría decirse que el Santa Isabel fue el único verdadero hotel existente dentro de La Habana Intramuros en estos tiempos.<= o:p>
Figura 7
Hotel Santa Isabel
Gran Hotel Pas=
aje
Otros de los
hoteles edificados en estos ańos era el Gran Hotel Pasaje, situado en el fa=
moso
Paseo del Prado. Este hotel data de 1871, teniendo entrada por el Paseo del
Prado y con fondo en la calle Zulueta. Se denominó Pasaje por la amplia gal=
ería
que atravesaba el edificio desde Prado hasta Zulueta. Se consideraba un hot=
el
de excelencia, pues junto a la grandiosidad de su edificación y sus lujosas
comodidades, contaba con los servicios más modernos y exquisitos. Según la =
investigadora
cubana Carmen María Barcia Zequeira, fue el primer hotel en contar con plan=
ta
eléctrica y ascensor hidráulico.
Figura 8
Gran hotel Pasaje<=
/i>
Hotel Inglater=
ra.
Figura 9
Hotel Inglaterra foto actual
En el lugar
existía El Café
Hotel Trotcha
Otro hotel digno de mencionar fue el Trotcha,
que se levantó en el barrio del Vedado en 1886 en Calzada y 2 . Al principio la
instalación era una especie de club o centro social de diversión y en 1890 =
se
convirtió en Hotel, siendo el primer hotel que existió en la zona del Vedad=
o.
En este hotel se alojó Mazzantini el
torero y el poeta Julián del Casal.
Figura =
10
Hotel
Trotcha
Hotel Fornos.
Según Cuevas y Rey (2015), este hotel se edificó en 1=
890
con tres pisos y más de 100 habitaciones.
Situado en el cuchillo de San Miguel y Neptuno, se ubicaba en un lug=
ar
muy céntrico, cerca del Paseo del Prado y a los famosos Hoteles Telégrafo e
Inglaterra, funcionando con éxito durante cerca de 30 ańos. El edificio fue
demolido en los ańos 1980, como resultado de un derrumbe. Actualmente=
en
estos terrenos se encuentra la Tienda Fornos.
Figura 11
Hotel Fornos
Hotel Brooklyn
Este hot=
el
fue construido en 1899 en el Paseo del Prado, muy cerca del Parque Central =
y contiguo
al Hotel Pasaje, activándose al comenzar la intervención norteamericana en
Cuba: Su nombre en inglés pretendía captar a los turistas estadounidenses q=
ue en
esta etapa estaban llegando en demasía a la isla. Contaba con 3 pisos y los=
dos
superiores se dedicaban a alojar a viajeros solos y familias. La propietaria
era una ciudadana danesa apellidada Weideman (C=
uevas
y Rey, 2015).
Figura 12
Hotel Brooklyn
Cuba des=
tino
turístico
Con la l=
legada
miles de turistas cada ańo, su adecuada atención, recepción, alojamiento y =
ofrecimiento
de variadas opciones de ocio, entretenimiento y recreo, Cuba se constituyó =
en
un Destino turístico durante el último tercio del Siglo XIX.
El
surgimiento del turismo en Cuba durante este periodo, coincide como etapa
histórica con la existencia de actividades turísticas tempranas en varios p=
aíses
del continente americano como Estados Unidos, México, Canadá, Perú, Argenti=
na,
Chile y Uruguay que también en este lapso incursionaban en el turismo (Ayal=
a, et
al. 2024). Por otro la génesis del turismo en Cuba =
en las
últimas décadas del siglo XIX, coincide en el mismo siglo en que se reconoce
que surgió el turismo en Europa.
3.&n=
bsp;
Conclusiones
ˇ&nb=
sp;
Con un antecedente de llegada de norteamericanos a
Cuba desde 1836 para pasar la temporada de los fríos como embrión de un tur=
ismo
tempranero, es a partir de 1867 que comienzan a arribar a Cuba miles de vis=
itantes
norteamericanos motivados por salud, placer y negocios, con lo que se inici=
ó en
Cuba la era del turismo, estableciéndose como una primera etapa de crecimie=
nto
lento y espontáneo, sin estar organizado o apoyado de forma pública como una
actividad de beneficio para la Isla. En este caso, el surgimiento temprano =
del
turismo en el último tercio del Siglo XIX en Cuba, coincide con el surgimie=
nto
del turismo temprano también en otros países del continente americano, como
Estados Unidos, México, Canadá, Perú, Argentina, Chile y Uruguay que tambié=
n en
esta época incursionaban en el turismo. <=
/span>El
surgimiento del turismo en Cuba=
en
la segunda mitad del siglo XIX ocurre en una etapa histórica similar a la o=
currida
en Europa, es decir a lo largo del Siglo XIX.
=
4. Conflicto
de intereses
Los autores declaran que no
existe conflicto de intereses.
=
5. Declaración
de contribución de los autores
Todos los autores
contribuyeron significativamente en la elaboración del artículo.
=
6. Costos
de financiamiento
La presente investigación =
fue
financiada en su totalidad con fondos propios de los autores.
<=
span
style=3D'font-size:12.0pt;line-height:115%;font-family:"Times New Roman",se=
rif;
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";mso-ansi-language:ES-MX'>7.&n=
bsp;
Bibliogra=
fía
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El artículo que se publica es de exclusiva responsabilidad de los
El artículo=
queda en propiedad de la revista y=
, por tanto, su publicación
parcial y/o total en otro medio tiene que ser =
autorizado por el director de la Revista Ciencia & Turismo.
[1] Las Murallas de La Habana comienzan a derribarse en 1863 y este proceso=
se
extiende a todo lo largo del siglo XIX
=
www.cienciayturismo.or=
g
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ncia: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/=